A veces no
necesitamos más sermones recordándonos nuestros errores, de tanto miedo no solo
se nos hace un nudo en el pecho si no que empezamos a sentir como nos quedamos
sin aliento, nos perdemos a nosotros mismos ante los complejos que nos
impusieron, y te miras al espejo y tu lista de sueños de pequeño la ves quemándose
ante tus ojos, como si con una tinta de fuego se tacha cada uno de tus propósitos,
y te das cuenta que te convertiste en todo aquello que juraste que nunca
serias, y empiezas a culpar a todo lo que te rodea, negándote a asumir las
consecuencias de esas decisiones fallidas.
¿Qué paso con ese
niño que corría tras sus sueños?, ¿ si
los monstruos no existen, a que le tengo tanto miedo?, es fácil y sencillo a la
primera pregunta la respuesta es que tú crees que has crecido, que soñar cuesta
caro porque las decepciones no se curan como antes, ahora algunas necesitan
mucho tiempo y costura. A la segunda tienes miedo de ti, de no alcanzar las expectativas
que un día quisiste que te impusieran aun sabiendo que no las querías conseguir,
a seguir perdiéndote porque te has dado cuenta que entre más te alejas más te
cuesta encontrarte, ya olvidaste tus
sueños y te conformaste con lo que se te iba presentando y no con lo que tú
deseabas encontrar.
Lograste que una sola
desilusión apagara todas las demás, que un abandono te hiciera desconfiar en el
resto de personas y que una mentira se volviera una verdad, te engañaste
creyendo que no valías, y se convirtió en tu bandera y en tu política de vida,
las sonrisas pocas veces son con ganas ahora solo las utilizas para ocultar
tanta tristeza, es difícil encontrar salida, la única solución es renacer de
tus cenizas.
Quizás solo
necesitas eso, empezar de cero como cuando cortamos las raíces dañadas para que
crezcan con más fuerza, necesitas cortar de raíz todo lo que te cause
problemas, sacrificaras las cosas buenas pero mejores llenaran tu alma confusa
y espesa, necesitas limpiar todo el polvo de esos rincones que degastes
olvidado por la tonta lógica humana de que crecer es lo correcto y ser niño por
siempre está sobrevalorado.
Necesitas renacer,
resurgir y revivir pero esta vez no para complicarte si no tan solo para vivir,
no respires por inercia, respira disfrutando todo lo que eso te proporciona, ve
lo pequeño como algo enorme y los problemas como algo pequeño, que no existan obstáculos
en tu camino que nadie marque tu destino.
Levántate cada
mañana con un sueño y cuando llegue el
ocaso siente que estas más cerca de encontrarlo, que el amor de tu vida, el que
te levante cada día sea el que tu espejo muestre al estar en frente y no
busques un amor de cuento de hada, deja que te sorprenda un cupido sin alas,
que no busque retenerte, ni amarrarte en su alma, que te deje ser libre como el
viento porque sabe que al final del día verán ese atardecer que dará paso a
nuevos sueños, cogidos de la mano no para complementarse si no para mejorar los
baches que ha dejado la vida en cada uno a lo largo de las rutinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario