De pequeña
siempre busque la aprobación de los demás, me refugiaba en mis sueños, pero
terminaba haciendo lo que otros querían, nunca supe apreciar el reflejo que el
espejo me regalaba y entre llantos y miedos iba perdiendo la esencia de lo que
en verdad era.
Cree un alter ego
difícil de imitar y aun así aún no sé cómo me puedo escapar, ya no soy la niña
que confiaba y dejaba pasar ahora tengo muros de los que a veces ni yo sé cómo
derribar, pero miro al cielo buscando mi estrella, aun en mi cabeza vive esa niña
que cree que todo se puede lograr, y hago de mi garganta una gran espada y me
trago las palabras que sé que pueden dañar.
No busco la aprobación
de nadie, ahora solo intento quererme un poco más y por más años que pasen es
una batalla a la que cada día me tendré que enfrentar, porque el mundo tiene
complejos y nos etiquetan con ellos, algunos destruyen y otros solo duelen,
pero no es el grosor de la herida si no la continuidad con la que se origina,
el mundo vive más pendiente de los demás que lo que se cuece en su propia vida.
Asi que me canse
de esperar ahora saldré simplemente a buscar, una canción, un horizonte o algún
lugar donde en esos días grises me pueda refugiar, sé que tomar aire y
continuar es la única opción que puedo adoptar y por más miedo que tenga a lo
que el futuro me pueda deparar, esa niña perdida convertida en un adulto aun
sin madurar, créeme cuanto te digo que ¡nunca dejara de luchar!
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