jueves, 20 de septiembre de 2018

ella....


Ella fue siempre la niña correcta, que creía en el amor a ciegas y tenía fe en que, aunque las cosas hoy fueran mal tarde o temprano todo iba a cambiar, con el tiempo fue cambiando su pensar, decidió ponerse una armadura, quiso construirla del mejor acero posible, no quería más decepciones porque sentía que su corazón ya no podría levantarse y resurgir como tantas otras veces lo hacía.

Aun así y contra todo pronóstico decidió jugarse su corazón una vez más sin importar las consecuencias y es que ella no está hecha de medias verdades, sabe que la vida es todo o nada y si apuesta lo hará con toda su fuerza porque gane o pierda siempre será mejor que un “qué hubiese pasado si”. Sabía que su vida estaba lejos de ser un cuento de hadas que ningún príncipe vendría a rescatarla, pero aun así quería saber que sentía eso de lo que todos hablan, quería por primera vez que recompusieran los trozos de su alma, que los unieran con un abrazo y sentir ese escalofrió que la hiciera saltar al vacío a pesar del miedo.

Mucho tiempo paso y muchos fueron los que estuvieron allí pero aun así ella necesitaba algo más por mas abrazos las noches seguían siendo vacías, conversaciones que prometían ser eternas se volvieron temporales, los siempre que tanto le prometían se resumían en solo unos pocos días, estaba cansada de esperar, ya creyó demasiado para recibir tan poco, quizás el amor no era para ella, fue la idea que se le metió tantas veces  en la cabeza, pero por arte de magia todo cambio se dio cuenta que no necesitaba encontrar un amor, necesitaba amarse sin condición, arreglarse para ella y sentirse bien con sus defectos y manías, ser el todo en la nada y correr llenando de su propia luz todos los rincones donde otros solo dejaron oscuridad.